Acto I
Escena 1: Noche, castillo de Windsor, aposentos de la reina
Los cortesanos comentan que la estrella de la reina declina, porque el veleidoso corazón del rey arde por otro amor. El rey de Inglaterra, Enrique VIII está cansado de su segunda esposa Ana Bolena, y ama a una dama de compañía de la reina, Juana Seymour, que se siente culpable pero no puede negar el amor que despierta en el rey.
Juana Seymour entra para atender una llamada de la reina, Ana entra y nota que la gente parece triste. La reina admite ante Juana que está preocupada. A petición de la reina, su paje Smeton toca el arpa y canta para alegrar a los presentes. La reina le pide que pare. Nadie más lo oye, y ella se dice que las cenizas de su primer amor aún arden, y que ella ahora es infeliz en su vano esplendor. Se marchan todos, salvo Juana.
Entra Enrique VIII, y le dice a Juana que ella pronto no tendrá rival, que se ha preparado el altar para ellos, y ella tendrá un esposo, el cetro y el trono. Cada uno se marcha por una puerta diferente.
Escena 2: Día. Alrededor del castillo de Windsor
Lord Rochefort, el hermano de Ana, se ve sorprendido al encontrarse con Lord Richard Percy. El rey lo ha traído del exilio. Percy pregunta si es verdad que la reina es infeliz y que el rey ha cambiado. Rochefort le contesta que el amor nunca se ve satisfecho.
Entran los cazadores. Percy se agita ante la perspectiva de ver a Ana, quien fue su primer amor. Enrique y Ana entran y expresan su sorpresa al ver a Percy. Enrique no permite que Percy bese su mano, pero dice que Ana le ha convencido de la inocencia de Percy pero ella aún siente algo por Percy. Enrique VIII le dice a Hervey, un oficial del rey, que espíe cada paso y cada palabra de Ana y Percy.
Escena 3: Castillo de Windsor, cerca de los apartamentos de la reina
Smeton oye unos pasos y se esconde. Entran Ana y Rochefort, este último le pide a Ana que escuche a Percy. Luego él se marcha. Smeton no puede escapar. Entra Percy, y dice que ve a Ana infeliz. Ella le dice que el rey ahora la odia. Percy dice que él aún la ama. Ana le dice que no le hable de amor. Antes de irse, Percy le pide volver a verla. Ella dice que no. Él saca su espada para matarse, y Ana grita. En la creencia errónea de que Percy está atacando a Ana, Smeton sale de su escondrijo. Smeton y Percy van a pelearse. Ana se desmaya, y entra apresuradamente Rochefort. Justo entonces, Enrique VIII entra y ve las espadas desenvainadas. Dice que estas personas le han traicionado. Smeton dice que no es cierto y se abre la túnica para ofrecer el pecho al rey si está mintiendo. Así se descubre que lleva un retrato de Ana, que el rey recoge. Ordena que los ofensores sean arrastrados a las mazmorras.
Acto II
Escena 1: Londres. Antecámara de los apartamentos de la reina
Juana le dice a Ana que puede evitar ser ejecutada si admite su culpa. Ana contesta que no comprará su vida a cambio de la infamia. Expresa la esperanza de que su sucesora lleve una corona de espinas. Juana admite que ella la sucederá. Ana le pide que se marche, pero dice que sólo Enrique VIII es el culpable. Juana se marcha, muy disgustada.
Escena 2: Antecámara que lleva al salón donde el Consejo de los Pares está reunido
Hervey dice a los cortesanos que Ana está perdida, porque Smeton ha hablado, revelando su crimen. Entra Enrique VIII. Hervey dice que Smeton ha caído en la trampa. Enrique VIII dice a Hervey que siga dejando que Smeton crea que ha salvado la vida de Ana. Traen a Ana y a Percy por separado. Enrique VIII dice que Ana ha fornicado con el paje Smeton, y que hay testigos. Sostiene que tanto Ana como Percy morirán. Percy dice que está escrito en el cielo que él y Ana están casados. Los guardias los sacan.
Entra Juana. Dice que no desea ser la causa de la muerte de Ana. Enrique VIII dice que ella no salvará a Ana si se marcha. Hervey entra y dice que el Consejo ha disuelto el matrimonio real y condenado a Ana y sus cómplices a muerte.
Escena 3: Torre de Londres
Percy y Rochefort están juntos en una celda. Entra Hervey y dice que el rey los ha perdonado. Preguntan por Ana y así descubren que a ella la van a ejecutar, de modo que eligen que los ejecuten también a ellos.
En la celda de Ana, un coro de damas se lamenta de su locura y pena. Ana entra, imagina que es el día de su boda con el rey. Luego imagina que ve a Percy, y le pide que la devuelva a su casa de la infancia. Traen a Percy, Rochefort y Smeton. Smeton se arroja a los pies de Ana y le dice que la ha acusado en la creencia de que estaba salvando la vida de ella. En su delirio, Ana le pregunta por qué no toca su laúd. Se oye el sonido de un cañón. Ana recobra el juicio. La dicen que Enrique se está casando con Juana y que el pueblo los aclama. Ana dice que no invocará la venganza sobre la perversa pareja. Se desmaya. Entran los guardias para llevar a los prisioneros al cadalso. Smeton, Percy y Rochefort dicen que la víctima ya ha sido sacrificada.