El compositor húngaro Péter Eötvös se inspiró en el clásico Tres hermanas de Chejov, estrenado en 1901, para crear una obra en la que el tiempo, la ironía y el retrato psicológico atraviesan un intenso paisaje sonoro. Ya no hay cuatro actos que transcurren en una casa de campo de la Rusia profunda (como en el texto original), sino un prólogo y tres secuencias que narran la trama desde tres puntos de vista diferentes: el de Irina, el de Masha (dos de las tres hermanas) y el del hermano de ellas, Andrei. Así es como la acción será presentada tres veces al espectador desde perspectivas distintas.
Prólogo
Las tres hermanas, Olga, Masha e Irina Prozorov, cantan sobre su sufrimiento que “se va a convertir en alegría para los que vivan después de nosotros”.
Irina
Olga incita a Irina a casarse con el Barón Tuzenbach. Natasha, quien está casada con su hermano Andrei Prozorov, deambula por la casa sosteniendo una vela. Entran los soldados, que acaban de apagar un incendio en el pueblo. El Dr Chebutykin, borracho, rompe un reloj que pertenecía a la difunta madre de las hermanas; mientras tanto, Masha y Vershinin, el comandante de la batería, tienen un breve intercambio erudito. Otro de los oficiales, Solioni, busca pelea con el doctor y luego con Andrei. Primero Tusenbach y después Solioni intentan conquistar a Irina. Natasha le quita a Irina su cuarto para dárselo a su propio hijo. Los soldados anuncian su partida hacia Polonia. Irina acepta casarse con Tusenbach e ir a vivir juntos a Moscú, pero pronto descubre que Solioni lo ha matado en un duelo.
Andrei
Olga, Irina y Masha se lamentan por la falta de ambición de su hermano. Andrei defiende a su esposa de las acusaciones de sus tres hermanas. Natasha quiere deshacerse de su vieja sirvienta, Anfisa, y regaña a Olga. El doctor borracho rompe el reloj. Los oficiales llegan para reportar el incendio, y la conversación pronto deriva en una charla trivial. Andrei se queda a solas con el doctor, quien le aconseja que abandone todo y se vaya. Andrei deplora la inercia de su vida presente, y luego se va con el doctor, mientras que Natasha se escabulle al encuentro de su amante, Protopopov.
Masha
Es el día de Santa Irina, la familia Prozorov toma el té junto a Tusenbach, quien les anuncia la visita del nuevo comandante de batería, el Lugarteniente Coronel Vershinin. Vershinin rememora al padre de las hermanas, el Coronel Prozorov, a quien había conocido en Moscú. Masha acepta a regañadientes acompañar a su esposo, Kuliguin, a una cena junto al director de la escuela donde él es profesor. Masha y Vershinin se enamoran, pero ambos están casados. Masha confiesa culposamente su amor a Olga. Vershinin anuncia la partida del regimiento y se despide de Masha, quien se rehúsa a soltarlo. Sus hermanas y Kuliguin tratan de consolarla, mientras oye la música de los soldados alejándose.