Acto primero
Al regresar victorioso de una batalla, Macbeth, coronado de gloria y acompañado por su amigo Banco, se encuentra con tres brujas que le predicen el futuro: Macbeth obtendrá el prestigioso título de duque de Cawdor y después el poder supremo: ¡el trono! Banco no ejercerá el poder, pero sus descendientes reinarán después de Macbeth. Poco después, el verdadero duque de Cawdor es acusado de traición y, en efecto, su título se le otorga a Macbeth. Macbeth y Banco se muestran estupefactos al ver que la predicción se ha cumplido.
Lady Macbeth le sugiere a su marido, tan poco seguro de sí mismo como vanidoso, que no espere y se apresure a cumplir con la última predicción: tomar el poder con sus propias manos. Pero para ello hace falta asesinar en secreto al que ostenta el trono de Escocia: el rey Duncan. Sin embargo, Macbeth no puede decidirse.
Entonces se anuncia la visita del rey, que llega para rendir homenaje al heroísmo de Macbeth. Este último cree ver en la visita una señal del destino. Tras intensos tormentos y dudas, decide finalmente pasar a la acción y asesina al rey Duncan, al que ha invitado a pasar la noche, mientras este duerme.
Lady Macbeth convence a su marido, poseído por los remordimientos, de que no ceda al pánico y la desesperación y que termine lo que ha iniciado. Al alba, Banco y Macduff descubren el cuerpo de Duncan. Todos maldicen unánimemente a los asesinos desconocidos.
Acto segundo
Los culpables del asesinato no han sido desenmascarados, pues las acusaciones han recaído sobre Malcolm, el hijo de Duncan, que ha huido. Y así se realiza la segunda predicción: Macbeth ocupa el trono de Duncan. Pero Macbeth se siente atormentado por la predicción hecha a su amigo: los descendientes de Banco serán los sucesores de Macbeth en el trono. Así, se convence a sí mismo y convence a Lady Macbeth de la necesidad de cometer un nuevo asesinato.
Banco es asesinado, mientras su hijo logra huir. Macbeth y su esposa organizan un banquete. Turbado y aterrorizado por lo que ocurre, Macbeth cree ver entre los invitados el espectro de su amigo Banco asesinado. Lady Macbeth intenta reconfortar en vano a su marido, quien se traiciona en su delirio delante sus invitados. Estos escuchan intrigados y horrorizados las palabras de Macbeth.
Acto tercero
Perturbado y corroído por la incertidumbre, Macbeth interroga de nuevo a las brujas sobre el futuro. Estas le predicen que alcanzará el poder absoluto y será invencible: ningún hombre “nacido de mujer” lo podrá matar y nada amenazará su vida mientras el bosque de Birnam no avance hacia él. Los únicos de los que debe desconfiar son Macduff y los descendientes de Banco, quienes se harán con el trono, como ya decía la profecía.
Lady Macbeth encuentra a su marido desconcertado. Haciendo caso de la profecía, el matrimonio Macbeth declara una guerra implacable y brutal a todos sus enemigos, empezando por Macduff.
Acto cuarto
La tiranía de Macbeth empuja a los escoceses a exiliarse para escapar de la violencia. La mujer y los hijos de Macduff son salvajemente asesinados. Obsesionados por la idea de vengarse, Macduff y Malcolm llaman a la población a aliarse contra Macbeth. Malcom les aconseja que tomen ramas de los árboles para camuflarse y asediar la morada de Macbeth.
En una crisis de sonambulismo, Lady Macbeth deambula en plena noche por sus aposentos. Sin hallar reposo, revive todos los crímenes que ha cometido con su marido.
Abandonado por sus súbditos más próximos, Macbeth se prepara para el asedio de su morada. Al saber de la muerte de su esposa, espera, el enfrentamiento con Malcolm. Ni siquiera la noticia de que el bosque de Birnam se dirige hacia él aplaca su rabia. Todas las profecías van a cumplirse: en medio de la polvareda de la refriega, Macbeth se encuentra cara a cara con Macduff, quien le revela que él fue arrancado antes de tiempo del vientre de su madre. Macduff mata a Macbeth. Malcolm asciende al trono entre aclamaciones generales.